Hay días en los que funcionas en automático. Te levantas, haces lo que tienes que hacer, sonríes cuando toca… y por dentro estás agotado. No cansado, agotado de verdad. De pensar demasiado. De sentirte solo incluso cuando estás rodeado de gente. De preguntarte si esto que estás viviendo es normal, o si simplemente ya se te acabaron las ganas de seguir fingiendo.
Y claro, intentas “no pensar tanto”. Te das tus discursos internos de “ya va a pasar” mientras sigues repitiendo los mismos patrones, atrayendo los mismos conflictos, cargando con pensamientos que ni siquiera sabes de dónde salieron. Pero lo que no cambia es esa sensación de estar atrapado en tu propia cabeza.
Aquí no te vamos a prometer soluciones milagrosas ni vamos a ponerte etiquetas como si eso explicara quién eres. Lo que sí haremos es acompañarte en ese punto donde nada tiene mucho sentido, pero todavía hay una vocecita que dice “algo tiene que cambiar”.
Somos psicólogos. Pero antes que eso, somos personas que no van a escandalizarse con lo que tengas que decir. Trabajamos contigo para entender cómo llegaste hasta aquí, qué se repite, qué duele, y sobre todo, qué ya no necesitas seguir cargando.
Ofrecemos un espacio para que puedas ser escuchado, sin culpa y sin la presión de tener que estar bien todo el tiempo.